La imagen captura un momento idílico en un puerto pintoresco, donde varios individuos están reunidos en la orilla. Al fondo, se pueden ver casas de estilo tradicional con fachadas blancas y techos de tejas rojas, lo que añade un toque rústico a la escena. El agua está ligeramente agitada, reflejando la luz dorada del atardecer, creando una atmósfera cálida y acogedora. En primer plano, un grupo de personas de diversas edades, que parecen ser parte de una familia, interactúan entre sí; sus expresiones son de alegría y conexión. Un niño se encuentra en el centro de la imagen, mirando hacia el horizonte. Las montañas verdes se asoman en el fondo, sugiriendo un entorno natural impresionante que complementa el ambiente marítimo.